Publicado en Diarios del poeta muerto, Sin categoría

Amar

Si amar fuera subrayadamente disfrazar de fuerza la profundidad de nuestro vacío, sería defenestrado por las ventanas-ojos por las que bocabierteamos la pueril existencia. Si fuera amar odiosamente hojear fotos de la desidia perenne el mundo pararía su vagar raído. Amar es escuchar la voz de aguardiente soportando el hedor y creer haber hablado con la divinidad en carne viva.

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Músico a medias, escritor también, quizás demasiado ingenuo y extremadamente gruñón para lo que debe ser la tábula rasa a la que se supone que debe aspirar el ciudadano medio. Revolución Francesa en todos sus actos inmortales, siendo la inmortalidad un tema bastante alejado de la masa encéfala que no sabe amar con todas sus consecuencias.

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