Fuimos rompeolas que se quedaron
dormidos en la tormenta.
Nos tuvo la mar que arrancar las manos.
Nos arrancó el abrazar.
También los besos que nos debíamos.
Nos dejó en la isla más desierta
que había en mitad del estruendo.
Somos tan sordos…
También un sueño sin final moral,
la distorsión de los amaneceres,
la superficie de los pozos.
El mar campa a sus anchas por la pesadilla
de lunas que gritan y puñales
que aplauden…
Genial…. Saludos.
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¡Gracias, Minor! 😉
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👏👏👏
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😊☺️🤗
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