Ensordecedor el espacio,
un beso en el rostro macilento del pasado,
el despertar del monstruo siendo esquinas
que doblar, el deseo
hipotecado, fusilar de los dados
al 2 negro apuntando.
Viene el desconcierto a arropar
todas tus actuaciones con el público
bostezador. Muere
la muerte y Dios. Quedar
como agujero negro, gula
de mis asesinatos, de mis errores,
de mis manos de dedos astillados,
de mis mendigas y soñolientas
brújulas.
Un hombre aparece en el espejo
con el rostro culpable
de todo Pecado registrado en la culpa,
apuntando al aire. Pero
es que a veces, respirábamos
cuando Dios se echaba aún la siesta…
Intenso,profundo 👏👏
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Un honor, Pippo! 🤗😊
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